Visita a las instalaciones del periódico "El Norte de Castilla" en (Valladolid)
Recorrido por la redacción, puestos de maquetado digital y naves de la antigua rotativa Harris-Marinoni.
EL OFFSET.
En 1984 el periódico comienza a utilizar la impresión indirecta, un sistema que se inicia quince años antes y que se populariza en la década de los ochenta en Estados Unidos y Europa.
El Norte de Castilla opta por el ‘offset’ cuando cambia de rotativa y adquiere la Harris Marinoni. El 1 de mayo de 1984 sale a la calle el primer ‘norte’ con este procedimiento, aún en blanco y negro.
Coincide, además, con la llegada a la redacción de los primeros terminales, que hacen sucumbir definitivamente la cinta perforada, y permite obtener una mayor limpieza en el resultado final de la impresión.
El procedimiento de impresión es el mismo desde entonces hasta hoy, pero lo que ha cambiado profundamente ha sido el modo de obtener las planchas. Las filmadoras, procesadoras y demás máquinas han evolucionado de un modo radical con el cambio de las filmadoras por otras más modernas que agrupan varios pasos en uno solo.
La preimpresión antes se hacía en la calle Duque de la Victoria, donde estaban la redacción, la administración y el taller de preimpresión. Allí se hacían las planchas, y una furgoneta las llevaba hasta el polígono de Argales donde solo estaban la planta de impresión, la distribución y el almacén de papel, y así fue desde 1983 hasta 1995.
Antes había que hacer la película, colocar el negativo sobre las planchas, insolar durante treinta segundos, se metían a revelar y se pasaba a la dobladora de planchas.
Ahora, en cambio, desde el ordenador se envía la página a talleres, allí se añade la publicidad y se manda a filmar directamente. Las nuevas máquinas cogen la información por un lado y sacan la plancha, doblada y lista, por el otro.
LA HARRIS
La rotativa HARRIS-MARINONI de El Norte permite empezar a imprimir en ‘offset’. Esta rotativa fue la segunda más longeva en la historia del periódico, se adquirió en 1983 y comenzó a funcionar en el Polígono de Argales en 1984.
Con ella, el periódico decidió ponerse a la altura de otros grandes diarios de la época y escogió para ello una máquina de gran éxito en los ochenta, la Harris N-845. Supuso el desembarco del sistema ‘offset’ de impresión en el diario, y coincidió con el desarrollo vertiginoso de la informática en los años siguientes.
Esta rotativa protagoniza, por tanto, la época de avances más espectaculares en los procesos de impresión del periódico. El Norte comienza su periplo con el ‘offset’ con la adquisición de cinco grupos de impresión de la Harris N-845. La máquina costó unos 150 millones de pesetas (900.000 €.)
Tres meses tardaron en montarse los cinco cuerpos de que constaba inicialmente (se fueron adquiriendo otros posteriormente), y tuvieron que reforzar el suelo con una bancada de hormigón de doce centímetros por el exceso de peso y por las vibraciones de la máquina.
La HARRIS fue la máquina más longeva en la vida de El Norte de Castilla. La primeriza KOENIG&BAUER, con casi cincuenta años (1912-1960) de tiradas, será difícil de superar en una época en la que los ordenadores se quedan obsoletos en apenas unos meses. La WIFAG (1960-1978) y la GOSS (1978-1984) no resistieron tanto tiempo como esta.
Poner este ‘monstruo’ en marcha exigía un esfuerzo ímprobo, tanto material como humano. Por eso, el tópico de las películas en el que el redactor llega con una noticia de última hora y grita «¡Paren las máquinas!» es bastante irreal.
Con la tirada media de El Norte de Castilla en su periodo de funcionamiento, y un promedio de 80 páginas, la rotativa gastaba entre 16 y 20 bobinas de papel (cada bobina tiene 11 Km.). Es decir, el papel que se usaba para imprimir un ‘norte’ un día de diario, cubriría la distancia entre Valladolid y Madrid por carretera. El papel tiene un gramaje de 45 gr. estandarizado para toda España.
Para preparar las bobinas de papel, había que despojarlas del cartón que las recubre y transportarlas hasta el lugar en el que se colocan por un proceso automático. Cada bobina de 84 centímetros de ancho pesa 500 kilos. Antes de acoplarlas a la máquina se sitúa en el extremo una cinta adhesiva de doble cara.
Cuando la bobina tiene poco papel, la velocidad a la que gira es mayor y esa forma sería difícil cambiar la bobina. Así que la máquina disminuye el ritmo y, en un momento dado, captura el nuevo papel, que queda pegado con la cinta al anterior en el punto en el que la rotativa lo corta. Ese periódico queda impreso con dos páginas pegadas entre sí, por lo que los operarios deben estar atentos para retirarlo.
La rotativa HARRIS, podía tirar hasta 25.000 periódicos a la hora, una cantidad que nunca se alcanzó. Normalmente oscilaba entre los 16.000 y los 18.000 ejemplares por hora. Hay que tener en cuenta que los ochocientos o mil primeros solo servían para calibrar la máquina y encontrar el nivel de tinta adecuado (La impresión depende del equilibrio tinta-agua).
Se arrancaba con la rotativa casi equilibrada, sobre todo en la tinta negra, pero hasta que se ajustaba el color y demás, siempre se perdían algunos ejemplares.
Al mes se utilizaban unos 3.000 litros de tinta. Un depósito de mil litros alimentaba a través de un sistema de tuberías a los tinteros. La máquina nunca paraba una vez que había empezado el proceso.
Era tan rápida que para realizar tiradas cortas, casi se tardaba más en colocar las planchas que en realizar la impresión.
Si se producía una avería en un sector, todo se desviaba hacia otro punto en el que los periódicos se enrollaban mientras se solucionaba el incidente.
En apenas tres horas de funcionamiento, la Harris preparaba, imprimía, plegaba y encartaba cuarenta mil ejemplares de 80 páginas de media que El Norte tiraba en esa época.
Las Rotativas de “El Norte”
1ª 1912 KOENIG&BAUER (Alemania)
2ª 1960 WIFAG “Castilla” (Suiza)
3ª 1978 GOSS “El Submarino” (Francia)
4ª 1984 HARRIS-MARINONI “Offset” (Francia)
5ª 2009 WIFAG OF370S “Offset a Color” (Suiza) en PRINTOLID
